Medio mundo suplicando comida,
medio mundo multiplicando comida en su estómago de forma desmedida. Medio mundo
salivando, medio mundo vomitando. Falta comida, sobra comida. Decesos por
malnutrición, excesos cometidos con el fin de ganar una competición. Presos del
hambre, presos de la obesidad. Famélicos a los que les atracan y les birlan el
escaso plato de la mesa. Seres gruesos que se atracan de hamburguesas. ¿La
comida es alimento o la protagonista de nuevas formas de entretenimiento? ¿La
comida es el recurso mínimo para sostener el curso de la vida?, ¿o acaso la
comida es ya un pretexto para organizar concursos? Los juegos del hambre: no es
solamente el título de uno de los últimos best
sellers de la industria literaria; es, mal que no pese, nuestro pan de cada
día.
Antípodas
Luce muy bien la alimentación bajo
la máscara del derecho básico, aunque algunos el sendero que conduce al derecho
lo tengan torcido.
Los hay que degustan manjares o
seleccionan el plato más suculento del menú. Otros mastican la enajenación de
un apetito que nunca se calma. La nutrición muestra dos caras que se oponen
diametralmente.
Ryan aceleraba su metabolismo para
descomponer y asimilar el excedente de comida. Emmanuel fraccionaba cada
digestión en cinco o seis digestiones para engañar al estómago.
A Ryan se le marcaban los michelines
con una camiseta puesta. A Emmanuel se le marcaban las costillas.
Emmanuel quería no fallecer de
inanición. Ryan quería revalidar su título de ganador.
Emmanuel vivía en Haití; Ryan, en el
estado de Florida. Y aunque la distancia entre Puerto Príncipe y Miami no fuera
mayor de mil doscientos kilómetros, Emmanuel había de conformarse con un cuenco
de arroz a la semana, mientras que a Ryan le cronometraban para determinar
cuántos minutos tardaba en engullir ochenta perritos calientes.
Las grandes contradicciones del mundo y tan actuales como históricas se mantienen vivas. Buena reflexión y buena narración. Saludos
ResponderEliminarUnos no tienen para comer y otros padecen enfermedades (diabetes, hipertensión, colesterol, ácido úrico, obesidad) por causa de la comida. Un mundo desquiciado y desquiciante. No hay quien nos entienda.
ResponderEliminarUn saludo.
Es la polaridad, la dualidad de un mundo enfermo. la dualidad deuda-beneficio, sobre cuyos sagrados fundamentos descansa el capitalismo
ResponderEliminarUn sistema de prepotente absolutismo en el que la desmesura por el morbo, la competitividad extrema y el consumo, deja de lado el humanismo para convertirnos en elementales y manipulables seres al servicio del avivado mercadeo y los poderes neoliberales…!!
ResponderEliminarSalud fuerza y lucha.
J.M. Ojeda.
Lo que falta en casa de los pobres es precisamente lo que sobra en casa de los ricos.
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